sábado, 1 de junio de 2013

Casamace III y fin

Aquí despertamos, otro día lleno de expectativas. El plandel día ya lo habíamos acordado la noche anterior; en medio de bailes y risas con vino de palma en la pequeña  playa de Ehidje. El plan era sencillo como el mecanismo de un sonajero. Pescar, ir a la isla, cocinar y seguir festejando todo lo que hubiera que festejar, sin motivo aparente…qué importancia podían tener los motivos estando en Casamance!!
Desayunamos fuerte en el restaurante de León; un diolla de libro, fuerte, amable y ya muy acostumbrado a tratar con tubabs. El plan en teoría era sencilla, compartir gastos y esfuerzos pero sinceramente no me veo sacando ese pececito del agua. Un capitán, capitán de mercante se diría por el tamaño. Las provisiones comenzaron a llegar y con el arroz, agua y el pescadito todavía coleante a nuestros pies salimos en la piragua motorizada.


Todavía con la pequeña isla a la vista, los djembés y el vino de palma florecieron en la barquita, apiñados, seguimos cantando, tocando y bailando en la piragua que prometía darnos un baño si algún bailarín pisaba donde no debía. Llegados a LA ISLA, con una población total de 3 personas, aquella ya no era una isla, era el jardín secreto del paraíso. Con todos los tópicos, playa, hamacas, artesano solitario y casa en el árbol. Quise dormir allí aquella noche, pero los acontecimientos posteriores me lo impidieron y es que la mañana, tarde y noche transcurrió a golpe de partido de vóley, capitán a la bras
a con arroz y gambas (uh uh uh uh). Ahí surgió la palabra contextualizar, después de comer tirado en una hamaca, viendo el manglar, pensé en lo natural que había sido todo aquello, conocer unos chicos que te invitan a una fiesta, la playa y claro, sería el movimiento hipnótico de la hamaca que me devolvió a mi querida Galicia y me imaginé a mi mismo recogiendo a un grupo de senegaleses desconocidos invitándolos a comer y enseñándoles los rincones secretos de las Rías Altas… ¡aquello era hospitalidad extrema! Dolido por la falta de equidad con nuestros anfitriones, me levanté e hice lo mejor que podía que era seguir jugando al fútbol, pasando el vino de mano en mano, bailando y disfrutando con aquella gente hasta bien entrada la madrugada. ¡Qué esfuerzo demoledor! ¡Qué tiranía de la amistad! ;) De ahí os hacéis una idea de por qué no dormí en la copa de un árbol a 10 metros de altura…
La mañana siguiente fue de despedidas, con sonrisas y corazón triste; ¿qué podía pasar después de aquello? La piragua de Ambroisse nos alejaba de su isla dejando un recuerdo imborrable. Junto a él, ya en tierra firme, caminamos hasta el siguiente destino, Diembering, atravesando una inconfundible sabana arb
órea y bosquetes que parecían querer tragarnos como pequeñas hormigas. Caminando por la playa con los pies mojados y con ganas de una nueva aventura, llegamos a Cap Skirring; aquello prometía. Llegar a la perla de Casamance por la playa le dio un aura que invitaba al optimismo, en el último día de vacaciones. Todo aquel bucólico paisaje de ensueño y piraguas dispuestas en línea y preparadas para la faena se rompió. Cap Skirring era el torremolino senegalés, lleno de hoteles, tubabs, barrios enteros comprados por occidentales y sesentones en busca de sexo y hasta un super europeo; ¡con carritos de la compra y todo!
Preguntando, preguntando, encontramos un sitio para dormir por 3000CFA en medio del barrio tubab. Nos miramos, y volvimos a hacer el chimpancé. EL mejor precio anterior era el triple. Otra vez la suerte del viajero espontáneo nos acompañaba.
La noche cayó sin darnos cuenta y el Festival Cisko de Jazz era uno de los motivos por el cual estábamos allí. EL festival era en un superhotel, con soldados en la puerta, 4x4 con lunas negras entrando y saliendo, era el otro extremo del Senegal que nosotros conocíamos. Paula y yo dudamos en entrar, una con amebas y el otro con dolor de cabeza, apenas cenamos nada en los puestos de las tortilleras omnipresentes que ya sospechaba que nos seguían. Caminamos despacio hacia el hotel dudando de si volver o no; la música decidió por nosotros. Un buen riff de guitarra y un piano hizo que paráramos en seco, agudizamos el oído y después de un silencio complíce dimos media vuelta.
La entrada, por la alfombra roja de aquel festival, la alta sociedad senegalesa, turistas ricos y nosotros sentados en mesas de mimbre de diseño, bebimos una cerveza helada que ya nos parecía normal. Lujo africano. Los camareros rozaban la obsesión viendo el cuidado y la devoción del servicio. La música comenzó, mezcla de grupos locales,  “música africana” y un grupo de jazz del que parecía el primo del mismísimo B.B.King, con la televisión senegalesa grabándolo todo. Allí no bailaba nadie asique nosotros pusimos un poco de ambiente. Se animaron una chica francesa y dos o tres locales. Definitivamente, aquello no era una fiesta africana por mucho senegalés que hubiera. Recordando nuestros amigos de Ehijde, bailamos, bailamos mucho, tanto que el presentador del evento hizo subir a Silvia y Elena al escenario para que bailaran junto a dos chicas senegalesas. Ni la 13/14, ni si quiera hacer el cangrejo, que lo hicieron, las salvó. Todo ello, perfectamente grabado por dos cámaras y dos pantallas gigantes. No tuvo desperdicio. Buen broche final para unas vacaciones que ya se nos escurrían entre las manos.
EL largo camino de vuelta nos hizo parar en Kolda, en casa de la familia de Mamadou, amigo de Neus y hombre de negocios en Dakar. Buen tipo, hablador y hospitalario. Todavía me pica la conciencia de no haber compartido más tiempo con él pero el grupo, vencido de cansancio y emociones, ya no podía más.
A la mañana siguiente, parada tras parada para hacer las últimas compras y comer algo, llegamos a nuestro querido Dindefelo a las once la noche. El conductor, el más h
onrado y profesional que he conocido jamás, se quedó a dormir con nosotros. Al fin devolvíamos algo de todo lo recibido en esa semana que agradeceré siempre a Paula, Silvia, Neus, Elena y Sónia. A León, Ambroisse, a “La abuela” Apau Soumare, a Ibrahima (el conductor), a Mamadou y a toda su familia.


¡Algún día os la devolveré!

5 comentarios:

  1. Buenas Roberto, gracias por contarnos tus experiencias.

    Yo estoy mirando ir a Senegal el julio que es cuando podemos por trabajos y demas cosas.
    El caso es que todo lo que leo me tira un poco para atras...que si mucho calor, que si muchas lluvias y lo peor es que se desaconseja por motivos de seguridad... que si la guerra de Mali, que si el grupo independentista de Casamace....y por ahi he leido tambien que no se recomienda ir a esta zona que por lo que he leido tambien tiene muy muy buena pinta....

    No se si tu podrias darme tu opinion respecto a todas estas dudas que nos surgen...

    Gracias....

    nico

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo llevo aqui casi 4 meses, me quedaré muuucho más y es el mejor país africano,en cuanto a seguridad, amabilidad de la gente, casi todo a buen precio y mientras que no hagas mucho el canelo (que posiblente algo hareis, es lo que tiene la falta de experiencia, como todos)no os timaran mucho.

      De la guerra de Mali olvidate, nada de nada, y yo vivo a 30 km de la frontera...
      El calor si que es duro, pero es lo que hay tronco.
      Enfermedades: Vacunate de todo y ya está, no sigue consejos de la embajado sobre el agua y comida fresca y sería raro que te pasara algo
      Casamance: La mejor región de Senegal en cuanto a playas, así de sencillo, si que hay un grupo independentista, pero hay tanta poli y ejercito que no pasa nada, cierran la carretera de Kolda a Ziguinchor por la noche y asi te curas en salud.

      Nico, ven a Senegal tío, te aseguro que no te arrepentirás y si no Galicia siempre es una buena opción ;)

      Suerte!

      Eliminar
    2. Que recuerdo estos días a Ehidje.Gracias por tu comentario Roberto siempre estamos incantado de tener gente como vosotros,tenemos algunas cosas negativas como tenemos tambien cosas positivas une cancion. para recuerdar estos momento. Abueeeela jjjjjjjiiijijijijijijiijiiij

      Eliminar
    3. Abueeeela??Eres tú?Si lo eres, tienes que saber que después de un año seguimos hablando de lo bien que lo pasamos en ese viaje, de lo bien que nos tratasteis y de lo bonito que es vivir en Casamance!

      Un abrazo muy grande tronco espero que te vaya bien allá donde estés!!

      Eliminar