Iba
a hacer una sesuda entrada sobre los miedos a enfermedades en un país africano
el instinto de supervivencia y esas cosas hasta que los acontecimientos de la
última semana cambiaron mi idea.

Es
que , amigos, cuando viajas conoces gente, alguna interesante, otra menos y de
vez en cuando llegas a hacer amigos. Amigos que también están de viaje,
persiguiendo sueños, viviendo aventuras, explorando el mundo y a ellos mismos.
Ellos y uno mismo tenemos una historia que contar, un por que del viaje, aunque
no lo sepan aunque no lo sepas ni tu mismo. Coincides con ellos un tiempo,
quizá compartiendo el mismo sueño o la misma aventura, viviendo en el mismo
espacio, compartiendo penas y alegrías. El tiempo corre rápido y despacio,
paradójicamente, cuando te das cuenta ya has desarrollado rutinas, comentarios
cómplices, las bromas “personales”, que identifican al personaje, que nos
dibujan indirectamente, más de lo que pensamos.
Al
final, otra vez, una maldita vez más, los caminos se separan, atrás quedan
recuerdos imborrables, aventuras vividas, fiestas, conversaciones bidones de
agua cargados, risas hasta las tantas, office, gazzelle y pastis.

Por
desgracia, o por fortuna de haber conocido a gente que merecía la pena conocer,
esto me ha pasado alguna vez. La experiencia de estas situaciones me dice que
por desgracia el trajín de la vida hace que vayas perdiendo contacto
, que los
recuerdos se erosionen hasta quedar un agradable aroma de buen tiempo pasado,
me decía un amigo de un país muy lejano, que la gente deja páginas en blanco en
el libro de tu vida o escoge seguir escribiendo en él. Quizá sea verdad, en
tout cas, de los amigos que no necesitan ser invitados a tu casa por que saben
que lo están, no necesito explicaciones.
A
perri?Mi perraka.
Para
el Lemur no cata. Apertas meu!
bonita entrada, un servidor la comparte
ResponderEliminarEmocionas.... y lo digo de corazón!!!!!! Un bico moi moi forte!!!! Luisa
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